lunes, 18 de febrero de 2013

DOS MESES DE MUCHAS GRACIAS

Historias e historietas de los tiempos de Yago Valtrueno


Hace dos meses presentamos en La Rectoral de Cines mi primera novela editada. Y digo editada porque no es la primera que he parido: hay otra, a la que eché del nido para que se hiciera mayor por el mundo adelante. Espero que vuelva a casa por Navidad (o un poco antes) y no con un turrón debajo del brazo, sino con un contrato editorial.
No creíamos que El viento de mis velas. Peripecias de un empedernido bebedor de café en el Reino de Galicia (me comentan que el subtítulo les gusta a los libreros tanto como el título) fuera a ser un éxito de ventas y que copáramos los titulares. No son tiempos de alegrías para el bolsillo -y la novela tendrá sus defectos, pero alegre es-, ni de que los medios se fíen de lo que no es género garantizado. Y, la verdad, resulta que teníamos más razón que un santo al no esperarlo. Pero aún así, no hay queja y aún guardamos algunas balas en la recámara, como ese magnífico twitter de Paula Vázquez, haciéndonos promoción y alegrándose por un antiguo compañero de trabajo y de bachatas en los peores antros de Samaná, entre tigres sin rayas a los que les asomaban las cachas de las pistolas por la cintura del pantalón. Primera edición de La Isla de los Famosos.
Por cierto, hablo en plural, pero no mayestático, como el del Papa o el rey. Es que en esta peripecia somos dos: el que suscribe y su editor, José Luis Saavedra, al que le sobra entusiasmo como para hinchar muchas velas. Pero hablo también, cómo no, de todos los que, de un modo u otro, nos habéis ayudado. Y ese es el motivo de esta entrada: dar las gracias.
Gracias a todos mis compañeros de profesión -algunos de ellos amigos-, que me animaron como si, al tomar mi decisión, una parte de su alma se viniera conmigo en esta aventura; gracias a mi hermana Luz y a Cristina, mi pareja (hay que ser una santa o tener unos ovarios colosales para aguantar a un novelista); gracias a un puñado de bares y restaurantes de Coruña, que fueron oasis en los desiertos literarios y fuente de inspiración; gracias a los que opinasteis, porque fuisteis como brújulas (en especial a José Luis Castro de Paz, todo un descubrimiento); a los que organizasteis la presentación (¡bravo, María!) y a los que acudisteis a nuestra llamada (y a los que no, también); gracias a las librerías que nos hicieron un hueco; a los que habéis leído el libro y a los que lo habéis dejado para cuando tengáis más tiempo. Y a mi agente, Ana, que sigue en la brecha a pesar del tremendo palo del ERE de Telemadrid. A mis padres poco más puedo decirles, ya tienen dedicatoria impresa.
En fin, gracias a todos los que habéis tenido algo que ver en estos dos meses tan excitantes.
Muchos besos y abrazos, repartidlos a discreción. En la próxima entrada, hablaremos del Gobierno;del de los tiempos de Yago, claro, que eran los del cuarto Borbón...

2 comentarios:

  1. Gracias a tí por invitarme a subir en la montaña rusa de emociones que está suponiendo esta travesía!

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